Compartimos una gráfica que representa la evolución de la nueva potencia de autoconsumo instalada en España entre 2021 y 2024, desglosada por sectores: industrial, residencial, comercial y sistemas aislados. Fuente: UNEF (Unión Española Fotovoltaica).
¿Qué vemos aquí?
▶️ 2022 fue, sin duda, el año récord, destacando una fuerte inversión del sector industrial y un crecimiento notable del autoconsumo residencial.
▶️ A partir de 2023, ocurre un descenso progresivo, situándonos en 1.706 MW en 2023 y 1.182 MW en 2024, cifras que siguen siendo relevantes, pero que invitan a una reflexión profunda:
- 1- La industria sigue liderando el desarrollo del autoconsumo, pero necesita certidumbre regulatoria, estabilidad en los costes energéticos y agilidad administrativa para mantener el ritmo.
- 2- El segmento residencial, a pesar de su protagonismo en 2022, muestra signos de desaceleración, probablemente debido al cambio en las condiciones económicas y la reducción del precio de la electricidad en el mercado mayorista.
- 3- El mercado comercial, aunque estable, ¡sigue infraexplotado! Hay un enorme potencial en pymes y grandes superficies, que aún no han apostado con fuerza por el autoconsumo.⚠️ El dato preocupante: una caída del 30% en dos años nos obliga a preguntarnos si estamos haciendo lo suficiente como país para aprovechar el potencial de la energía solar.
El autoconsumo no es solo una oportunidad, es una responsabilidad colectiva y estratégica.
Es cierto que estamos en una fase de estabilización tras un crecimiento muy acelerado impulsado por subvenciones y una alta demanda puntual por la crisis energética (Guerra de Ucranía). Esto generó una burbuja de actores poco cualificados que ya está siendo depurada por el propio mercado.
Las cubiertas, son un recurso limitado, sí, pero hay mucho recorrido todavía. Muchas industrias aún desconocen el potencial de sus tejados o lo ven como un gasto en vez de una inversión. Aquí es donde entran figuras como el PPA, leasing solar o incluso el alquiler de cubierta.
Además, la tendencia normativa y empresarial hacia la sostenibilidad (ESG, taxonomía verde, autoconsumo compartido, comunidades energéticas…) está ampliando los modelos de negocio viables. Ya no se trata solo de cubrir consumo propio, sino de integrar la generación en estrategias de eficiencia y descarbonización. Y ahí entra también el almacenamiento (baterías), la gestión energética y el binomio autoconsumo-movilidad eléctrica, que va a coger mucha fuerza.
Resumiendo, sí, hay una contención lógica en el ritmo de crecimiento tras los picos recientes, pero más que un estancamiento lo veo como una transición hacia una fase más estratégica, sólida y tecnológicamente más rica.