Skip to main content

«Muchas empresas no triunfan a pesar del tiempo. ¿qué hicieron fundamentalmente mal? Usualmente, dejar de lado el futuro”.

Trasladamos esta reflexión de Larry Page, antiguo CEO de Google al autoconsumo solar: el autoconsumo no es un producto, es una narrativa con proyección a largo plazo.

¿Y qué historia proyectamos a nuestros clientes? En GREENKw lo tenemos claro: el autoconsumo no debe venderse como si fuera una caldera o una alarma, no se trata solo de poner paneles en un tejado, sino de insertar a cada cliente —sea un autónomo, una pyme industrial o una administración pública— dentro de una historia más amplia: la historia de su propia independencia energética, de su compromiso ambiental y de su viabilidad económica a largo plazo.

¿Dónde está el error fundamental de muchas empresas del sector? En centrarse únicamente en la rentabilidad inmediata, ignorando que el verdadero valor del autoconsumo está en su capacidad para conectar el presente con el futuro.

Trabajamos con PYMES, autónomos e industrias, y cada vez más detectamos un patrón común: la necesidad de entender el «por qué» antes que el «cuánto». Esto exige que los equipos técnicos y comerciales de nuestras empresas no solo dominen kilovatios y amortizaciones, sino que sean capaces de contar una historia poderosa. Una que motive, inspire y fidelice. Una narrativa de transformación profunda que exige sobre todo valor y visión.

El futuro es el activo estratégico 

El autoconsumo que tendrá éxito en los próximos años será aquel que se posicione no solo como un ahorro económico, sino como una inversión en relevancia futura. Las empresas que hoy apuesten por construir una narrativa sólida, basada en la conexión con los valores sociales emergentes, serán las que lideren el mercado cuando la presión normativa, la subida de precios energéticos y la conciencia ciudadana se conviertan en factores de decisión masiva.

¿Estamos entregando soluciones técnicas o estamos transformando modelos de negocio? Nosotros elegimos lo segundo. Porque sabemos que quien no pone el futuro en el centro de su estrategia, está eligiendo el olvido. Y en un mundo en transición, desaparecer por irrelevancia es más peligroso que fracasar por errores.

Invitamos a quienes leáis esto —seáis del sector o no— a abrir el debate. ¿Qué papel deben jugar las empresas de ingeniería en el liderazgo energético? ¿Estamos priorizando el largo plazo sobre la rentabilidad inmediata?
El cambio está ocurriendo. Pero aún está en nuestras manos decidir cómo ocurrirá.

Seguimos.

 

Deje un comentario