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Los ingenieros de Madrid advierten de riesgos para los consumidores industriales.

Hoy arranca un nuevo sistema que aumenta el peso del consumo en la facturaEl Ministerio de Transición Ecológica pondrá en marcha hoy una nueva tarifa eléctrica. El nuevo sistema pretende penalizar el consumo en las horas de mayor demanda a cambio de rebajar los costes fijos del sistema. Esta medida, según las estimaciones de la CNMC, permitirá abaratar de media un 6% la parte fija del recibo de la luz aunque deja fuera del cálculo la evolución que presenten los precios de la electricidad que en las últimas semanas han vuelto a subir con fuerza.Esta situación ha supuesto que varios colectivos, entre ellos, las pymes y los regantes hayan puesto el grito en el cielo ante un sistema que les penalizará notablemente. En lo que respecta a las pymes, las más afectadas serán aquellas que tienen los mayores consumos de electricidad en las horas punta (restauración o tiendas de alimentación).La Federación de regantes (Fenacore) considera esta subida como un mazazo, después de que su factura eléctrica haya subido más del 120% desde 2008. Un encarecimiento que consideran puede «suponer un freno para el proceso de modernización».

Por ese motivo, reclaman poder firmar dos contratos eléctricos al año -tal y como se aprobó en la disposición final de la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2021-, lo que según sus cálculos les permitiría ahorrar al menos un 20% de sus costes eléctricos, contribuyendo a modernizar el casi millón de hectáreas aún pendiente.

Fenacore recuerda que los cambios tarifarios conllevan una modificación y un desdoblamiento en los precios del término de potencia y de energía, así como la desaparición de los tres periodos horarios y la instauración de seis. También la reducción de las horas más baratas y el aumento de las más caras, «lo que a la postre impedirá una gestión eficiente de la energía y la implantación de fotovoltaica».

Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, los cambios que entran en vigor «incrementarán aún más el recibo, lo que constituye uno de los principales lastres para la competitividad de un sector que ocupa el segundo puesto en el ranking de los consumidores de energía, únicamente por detrás de Adif».

Los industriales, atentos

Por otro lado, el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid explicó que la nueva normativa mantiene el recargo de la energía reactiva para todos los consumidores de más de 15kW y crea una nueva penalización a todos los consumidores en media y alta tensión (>1kV) si no mantienen de forma horaria un factor de potencia superior a 0,98 de vertido capacitivo en el periodo valle, fines de semana y festivos nacionales.

Para Rafael Riquelme, experto de la Comisión de Energía del Colegio y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid, no está claro el posible perjuicio que se produce a las redes eléctricas por el consumo de este tipo de energía y apunta que esta penalización, que por ahora tiene valor de cero euros, podría representar un aumento muy importante en el coste del suministro eléctrico de muchos consumidores industriales, especialmente a los que tengan equipos de compensación de energía reactiva no automáticos o mal calibrados.

La CNMC también ha establecido peajes específicos para instalaciones de recarga de vehículos eléctricos de acceso público con un reparto de recaudación del 20% en potencia y 80% en energía, y también tiene una importante bonificación en los casos establecidos por el Gobierno, lo que podría ir en contra de los principios de suficiencia, aditividad, transparencia, objetividad y, sobre todo, no discriminación. «Es poco probable que este peaje sea considerado como ayuda de Estado al tratarse de un proyecto de interés común europeo. El tiempo dirá si la Comisión Europea considera que no se ajusta a la Directiva 2019/944 que exige peajes objetivos, no discriminatorios y que reflejen costes reales», destaca Rafael Riquelme. En el peor de los casos, los usuarios que se beneficiaran de estos peajes subvencionados deberían reintegrar la diferencia al sistema.

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FUENTE: EL ECONOMISTA. 

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